Decibeles permitidos: lo que debes saber sobre los niveles de ruido

El ruido es parte de nuestra vida diaria. No hay nada que podamos hacer para eliminarlo por completo. Lo escuchamos en el tráfico, en las conversaciones, en los dispositivos que usamos. A veces lo notamos y otras veces pasa desapercibido, pero su impacto en nuestro bienestar es innegable. Los decibeles permitidos son una cuestión de normativa. Pero también son una forma de establecer un equilibrio entre comodidad y funcionalidad en los espacios donde vivimos y trabajamos.

Definir estos límites permite crear mejores entornos. Entornos donde la comunicación fluya, el descanso sea reparador y las actividades diarias no se vean afectadas. Acondicionar un espacio para que tenga el nivel sonoro adecuado impacta de forma positiva en la experiencia de quienes lo habitan. Además, previene problemas de salud a largo plazo.

¿Qué es un decibelio?

El decibelio (dB) es la unidad que mide la intensidad del sonido. A diferencia de otras unidades, los decibeles no suben de forma regular; cada vez que el sonido sube 10 dB, realmente se hace diez veces más fuerte. Esto nos ayuda a ver cómo el ruido afecta los diferentes lugares y asegurarnos de que el sonido esté en un nivel adecuado para cada situación.

Para medir esos decibeles, se usan sonómetros. Estas son herramientas especiales que captan la presión del sonido en un lugar determinado. Así, nos dan datos precisos sobre el nivel de ruido que hay en el ambiente. Estos aparatos funcionan con un micrófono de alta sensibilidad que capta las variaciones de la presión del aire provocadas por las ondas sonoras.

La información captada se convierte en datos medibles y comparables. Esto permite determinar si un entorno cumple con los decibeles permitidos según la normativa vigente.

Niveles de sonido

Los niveles de sonido se pueden categorizar de la siguiente manera:

30 dB: Un ambiente silencioso, equivalente a un susurro o el ruido nocturno en una habitación tranquila.

  • 50 dB: Conversaciones normales en una oficina o el ruido de fondo de una vivienda.
  • 70 dB: Un entorno bullicioso como una calle con tráfico moderado.
  • 85 dB o más: Nivel de sonido que, con exposición prolongada, puede causar daños auditivos (como el sonido de un cortapastos o una motocicleta en funcionamiento).
  • 100 dB o más: Ruido de una discoteca o un concierto en vivo, lo que puede provocar pérdida auditiva en pocas horas sin protección adecuada.

Utilizar tecnologías de acondicionamiento acústico permite ajustar el nivel de ruido dentro de los parámetros recomendados. Por ejemplo, los paneles absorbentes y barreras fonoabsorbentes reducen el ruido sin afectar la funcionalidad del espacio.

La buena gestión del sonido en oficinas, espacios comerciales e industriales mejora el confort y protege la audición de quienes trabajan o habitan en ellos.

¿Por qué se establece un límite de decibeles permitidos?

El ruido excesivo no es solo una molestia; también es un factor determinante en la concentración, el rendimiento laboral y el descanso. Estudios han demostrado que el ruido superior a los 50 dB en espacios de trabajo reduce la capacidad de concentración hasta en un 20%, mientras que exposiciones prolongadas a más de 85 dB pueden generar estrés crónico y afectar la salud cardiovascular.

La regulación de los decibeles permitidos busca reducir las contaminaciones acústicas, garantizando espacios más confortables y funcionales. Es por esta razón que tener una buena acústica es importante. En realidad, no se trata solo de minimizar el ruido. Se trata también de lograr espacios donde el sonido sea equilibrado y adecuado para la actividad que se realiza.

Las soluciones de acondicionamiento incluyen:

  • Paneles absorbentes.
  • Difusores acústicos.
  • Configuraciones espaciales que optimizan la propagación del sonido.

Esto permite reducir la reverberación y el ruido de fondo. Y, al mismo tiempo, se mantiene la calidad de la comunicación o la funcionalidad del entorno.

La relación entre salud y decibelios permitidos

Si hay exposición constante a ruidos o sonidos muy fuertes, esto puede provocar diferentes tipos de daño en los oídos. En algunos casos, puede ser irreversible. Como ejemplo, un nivel de 85 dB puede generar pérdida auditiva si se trata de exposición prolongada. Esto se conoce como pérdida auditiva inducida por ruido (PAIR) y afecta a personas que trabajan en entornos ruidosos sin la protección adecuada. También puede afectar a personas que van habitualmente a espacios de ocio ruidosos, como discotecas o bares.

El oído humano está diseñado para captar un amplio rango de frecuencias, pero su sensibilidad varía según la intensidad del sonido. Un ruido súbito extremadamente alto, como una explosión (superior a 120 dB), puede causar un daño inmediato y permanente en el sistema auditivo. Sin embargo, el peligro más común radica en la exposición prolongada a niveles altos.

Los efectos de sobrepasar los decibeles permitidos para la salud auditiva no se limitan solo a la pérdida de audición. Muchas personas expuestas a altos niveles de sonido desarrollan tinnitus. Esto es una sensación de zumbido constante en los oídos que puede volverse crónica (NIH, 2023).

Además, ya varios estudios han demostrado que la exposición prolongada al ruido está relacionada con un aumento de:

  • Estrés.
  • Trastornos del sueño.
  • Alteraciones en la presión arterial (que pueden derivar en problemas cardiovasculares).

¿Cómo regular los decibeles permitidos?

Para mitigar estos riesgos, se han implementado normativas que establecen límites de decibeles permitidos en distintos entornos. En el ámbito laboral, por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda limitar la exposición a 80 dB a un máximo de 40 horas a la semana (WHO, 2024).

En lugares de ocio como conciertos y discotecas, la regulación varía, pero en muchos países se han establecido límites de 100 dB con tiempo de exposición restringido.

El acondicionamiento acústico es una solución clave para reducir el impacto del ruido sin comprometer la funcionalidad de un espacio. Medidas como la instalación de paneles absorbentes, suelos flotantes y barreras acústicas pueden reducir significativamente la propagación del sonido. Esto ayuda a regular los decibeles permitidos sin necesidad de recurrir al aislamiento total.

No solo mejora la experiencia sonora de un entorno, sino que también contribuye a la salud y bienestar quienes están en estos espacios.

Decibeles permitidos según el contexto

Cada entorno tiene requerimientos específicos en términos de nivel sonoro. La correcta gestión del sonido es clave para maximizar la eficiencia y la calidad de vida en cada uno de ellos.

Ámbito laboral

En el sector industrial y de oficinas, los niveles de ruido deben ajustarse a las actividades realizadas. Según estudios en ergonomía, los entornos de oficina deben mantenerse por debajo de los 50 dB para favorecer la concentración, mientras que en fábricas el límite suele establecerse en 85 dB con protección auditiva obligatoria.

El acondicionamiento acústico en estos espacios busca minimizar la propagación del ruido mediante soluciones como paneles fonoabsorbentes y diseños espaciales que reduzcan la reverberación.

Normativas y regulaciones sobre decibeles permitidos en España

Ahora bien, existen una regulación sobre los decibeles permitidos específica en España. Esto se describe en la Ley del Ruido y también en ciertas normativas municipales que indican límites más específicos. Esto depende según el uso del suelo. En zonas residenciales, por ejemplo, el límite varía entre 40-55 dB durante el día y 30-45 dB por la noche. Pero en zonas industriales, los valores son más flexibles, permitiendo hasta 75 dB en horario laboral.

Cumplir estas normativas es importante para garantizar que haya entornos saludables. Algunas empresas especializadas en acondicionamiento acústico, como Ideatec, ofrecen soluciones para adecuar espacios de todo tipo. Esto mejora mucho las condiciones de los espacios. Al final, considerar la instalación de herramientas que mejoren la acústica de un lugar es una inversión el bienestar general. Hay que encontrar ese equilibrio entre el ruido cotidiano, el sonido y el confort de las personas.

Referencias

  • NIH. (2023). Tinnitus. NIDCD.
  • WHO. (2024). Deafness and hearing loss: Safe listening. Who.int.
Suscríbete a nuestra newsletter