Seguro que en más de una ocasión has sido de esas personas que pensaban que las hueveras eran el mejor aislante y el más barato que se podía tener para un local de ensayo o una habitación, por ejemplo. Lo cierto es que hay un gran mito sobre esta clase de material y sus resultados como aislante acústico.
A finales de los ochenta en España muchos grupos de música comenzaron a utilizar las hueveras de cartón en sus locales de ensayo para tener una «mejor acústica». No se sabe si por el material con el que están hechas (una especie de cartón fino bastante compacto) o porque su apariencia es parecida a la de los paneles alveolares que se utilizan en algunos estudios de grabación, de doblaje y locales de ensayo. Pero lo cierto es que las hueveras se consolidaron como un material de acondicionamiento acústico cada vez más usado.
Lo que mucha gente no sabe es que entre lo que es acondicionamiento y acondicionamiento hay una gran diferencia. Podemos decir que el acondicionamiento es lo que se puede conseguir gracias a diferentes soluciones constructivas para techos, paredes y la instalación de suelos flotantes, falsos techos y paredes, etc. De esta forma, el objetivo es proteger al recinto de los ruidos producidos desde y hacia el exterior o los locales que estén muy juntos.
Por otro lado, el acondicionamiento acústico está enfocado a mejorar la calidad acústica dentro del mismo recinto en el que se está generando un sonido, como por ejemplo en un local de ensayo de una banda.
Las hueveras no tienen capacidad para aumentar el acondicionamiento acústico de un local, aunque en lo referente al acondicionamiento hay que tener en cuenta dos propiedades básicas de los materiales: absorción y difusión.
Cualquier clase de sonido se compone de diferentes frecuencias, por tanto un sonido no tiene una única frecuencia sino un variado grupo de ellas. En este caso, nuestro oído solo puede captar aquellas que se encuentren en un rango de entre 20 Hertzios y 20 Kilohertzios. Las frecuencias que mejor percibimos son aquellas que están entre los 500 Hertzios y los 4 Kilohertzios.
Por la forma con la que cuentan las hueveras, sí podrían llegar a contar con cierta difusión, pero debido a que no tienen un gran tamaño en cuanto a profundidad se refiere, solo lo consiguen con frecuencias que se encuentren por encima de los 8 Kilohertzios aproximadamente. La difusión que ofrecen las hueveras que todos conocemos, puede considerarse como reducida, produciéndose a frecuencias menos perceptibles para el oído humano y que debido a la propia definición de longitud de onda, se atenúen de una forma más rápida.
Por todo esto, se puede decir que lo de las hueveras es un mito dado que no proporcionan ninguna clase de acondicionamiento acústico y tienen índices muy bajos tanto de difusión como de absorción acústica. Lo más recomendable es contar con el asesoramiento de una firma especializada en acústica e insonorización si realmente queremos conseguir el objetivo que se busca.