Que un lugar de trabajo no esté acondicionado acústicamente puede resultar bastante negativo para todos los que trabajan en él, provocando un notable descenso en cuanto a productividad se refiere. También puede provocar en los trabajadores diferentes patologías como cansancio y dificultad para concentrarse en su labor.
Que un trabajador realice sus funciones cansado no es algo que resulte positivo para la empresa, ya que su desempeño será más lento y menos efectivo. Puede parecer que lo contrario, pero un acondicionamiento acústico correcto debe ser algo que muchas empresas necesitan tener en cuenta.
Desde el Observatorio Salud y Medio Ambiente de España han hecho público un informe en el que se deja claro que una exposición a altos niveles de ruido en los lugares de trabajo puede llegar a generar un gran número de patologías como ansiedad, falta de concentración, estrés, alteraciones del sueño, cansancio y problemas cardiovasculares entre otros.
Estos problemas dejan patente que este enemigo invisible como es la contaminación acústica es algo que cualquier empresa que se precie y que vele por la seguridad de sus trabajadores, debe tener en cuenta para evitarlo.
Lo peor de todo es que muchos trabajadores no se dan cuenta de los ruidos que puede llegar a haber en su puesto de trabajo, especialmente aquellas personas que trabajan en equipo. No se dan cuenta porque la costumbre de trabajo ha hecho que tengan interiorizados los sonidos pero aún así, siguen produciendo.
Aunque podamos pensar que el ruido es ruido, se puede diferenciar en dos clases: los que proceden del interior y los del exterior. En el caso de los del interior, se puede hablar del ruido del aire acondicionado, de las conversaciones entre compañeros, el sonido de las llamadas de teléfono, la maquinaria de oficina (fotocopiadoras, faxes, etc.), el sonido de puertas, ascensores, etc.
Por otro lado, los ruidos procedentes del exterior también afectan a los trabajadores de cualquier centro laboral. El sonido del tráfico como el producido por los camiones, claxon de los vehículos, sirenas, etc., las obras que puede haber cercanas, si se está en una zona donde haya mucho tránsito peatonal, etc.
Es muy importante que en un centro de trabajo no se superen los 45 decibelios, aunque eso no suele ocurrir siempre porque una conversación puede superar ese límite, pero se debe intentar que esta clase de espacios tengan la menor contaminación acústica posible.
Cuando una empresa acondiciona acústicamente el centro de trabajo no debe pensar que está haciendo un gasto, sino una inversión. Es importante que se tenga en cuenta en este caso que esta obra le reportará bastantes beneficios.
Los beneficios no solo irán para la propia empresa sino también para los trabajadores, quienes encontrarán un espacio de trabajo mucho más limpio acústicamente hablando. Esto proporciona más tranquilidad, libera tensiones, no se acumula estrés, se aumenta la productividad y no les resulta molesto estar en el trabajo realizando sus labores.