La acústica arquitectónica es la encargada de estudiar los fenómenos orientados a una propagación adecuada y funcional del sonido dentro de un espacio, que puede ser desde una sala de conciertos hasta un estudio de grabación. Por ello, la acústica arquitectónica también se ocupa del problema del acondicionamiento y absorción acústica.
Cualquier estancia debe reunir una serie de cualidades acústicas que permita que lo que en ella ocurre se escuche y entienda perfectamente. Estas cualidades acústicas son, entre otras, la reflexión temprana del sonido, la reverberación, la existencia o no de ecos y resonancias, la cobertura sonora de las fuentes, etc.
En primer lugar, para definir estos dos conceptos es necesario conocer qué es el campo sonoro. Este se define como el nivel de presión sonora en cada punto de un espacio. Un campo sonoro está compuesto por el campo directo y el campo reverberante.
El campo directo es la zona en la que se percibe el sonido directamente desde la fuente sin ser reflejado por ninguna superficie del recinto.
Por otro lado, el campo reverberante es la zona en la que se percibe el sonido tras sufrir múltiples reflexiones que se superponen entre sí, dando lugar a que el sonido se refleje y resuene en prácticamente todos los puntos de la estancia. De esta manera, se produce el molesto fenómeno de reverberación.
Estos dos componentes tienen comportamientos muy diferentes. El campo directo disminuye cuanto más nos alejamos de la fuente emisora, y lo hace a 6 decibelios (dB) por cada duplicación de la distancia. Por el contrario, el campo reverberante es constante en las habitaciones y estancias cerradas. Esto se debe a que el sonido rebota contra paredes y objetos, y todas estas reflexiones se superponen entre sí, resultando una distribución tan uniforme como molesta.
Hay zonas en las que solo es posible tener campo directo, como en un descampado. El motivo es que el sonido puede propagarse libremente sin que se produzcan reflexiones, y por ello el nivel de presión sonora disminuye rápidamente con la distancia. En una habitación, campo directo y campo reverberante se combinan, de manera que el primero lo podemos encontrar cercano a la fuente pero la reverberación aparece a cierta distancia de ella.
Para lograr la inteligibilidad de las fuentes sonoras de un recinto, debe predominar el campo directo sobre el campo sonoro. Un claro ejemplo de predominio de campo reverberante sobre campo directo son los restaurantes, en los que acaba siendo imposible entender a las personas que tenemos cerca cuando existen varias personas hablando a la vez.
Por último, podemos definir la distancia crítica como la distancia a partir de la cual predomina el campo sonoro reverberante sobre el campo directo. Esta puede controlarse mediante el acondicionamento acústico de las salas mediante con paneles y módulos acústicos adecuados.
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